Pedro Avedaño: La importancia de los sistemas de pesca artesanal.

Afirma que los principales problemas de la pesca artesanal, es la crisis que empiezan a experimentar las pesquerías, debido al gran aumento de las actividades de pesca.

Principalmente por la aplicación de los postulados neoliberales, que han producido una especie de privatización, por la modificación jurídica que han sufrido numerosos estados ribereños sobre sus dominios de pesca, pasando de compañías nacionales a multinacionales, que han conseguido especular con el pescado. Esto ha dado lugar, a que cada vez sea más difícil acceder a las zonas a los pescadores artesanales, produciendo un acortamiento de la cadena alimentaria en la población local.

Se está atacando a un sector que siempre ha sido productivo.

Las empresas internacionales, la pesca ilegal, está dando como resultado un futuro incierto para las comunidades pesqueras tradicionales. Las grandes multinacionales abandonarán el negocio de la pesca cuando no les resulte rentable, como han hecho siempre las empresas de capital, a cambio nos habrán dejado «un mar de problemas».

 

Eduardo Garcia Frapolli: Áreas marinas protegidas.

El 70% de las especies están siendo explotadas al límite de su capacidad.

El número de las especies de gran tamaño ha descendido un 90%, y al lado de esto surge la iniciativa estatal, para crear espacios protegidos, que antes no eran necesarios, por no ser sitio accesible a la pesca tradicional.

Se ha pasado de pescar a 150 m a 300 m, la pesca selectiva, está minando la cadena trófica, de otro lado no hay que perder de vista la cantidad de diversidad que se está perdiendo a causa del desarrollo costero (puertos, urbanizaciones, turismo, industria, contaminación).

Una de las necesidades de ser de las reservas, es la necesidad, de que las especies lleguen a la edad adulta, para que puedan llegar a reproducirse, cosa, que hoy está bastante complicada,

Oscar Galli: Pesca Sustentable y soberanía alimentaria

En los últimos 40 años se ha quintuplicado el ritmo de pesca, de 20 a 101 millones de toneladas anualmente.

La pesca aporta el 6% de la proteína humana y el 16% de la animal. Da trabajo a cerca de 200 millones de personas e indirectamente a otros 150 millones de personas.

Los países en desarrollo aportan más del 80% de la pesca mundial, siendo Tailandia y China los mayores exportadores de productos pesqueros, pero los países occidentales consumen cerca del 50% del total.

Japón consume 70 kilos por habitante al año, Europa 23,5 y el resto cerca de 8 kg al año.

Un informe de 2003 dice, que el 52% de las especies se hallan plenamente explotadas, en límites máximos sostenibles, mientras que una cuarta parte está sobreexplotada, agotada, o recuperándose del agotamiento.

Las 10 especies principales, son el 30% de la pesca, de las que de siete no se espera que aumente su volumen de producción.

Marta G. Rivera Ferre, Propuestas de la FAO para impulsar la acuicultura, ¿Un modelo sostenible?

Un informe del estado mundial de la pesca elaborado en 2006 aboga por la expansión de la acuicultura para conseguir satisfacer la demanda de carne de pescado, La FAO para ello propone aumentar las zonas de acuicultura. Y en un ámbito relacionado con la apertura de los mercados, del que se desconoce, si dará un buen resultado dejar el derecho a la alimentación a los mercados.

Actualmente, dos tercios de los 95 millones de toneladas anuales se destinan al consumo humano. La acuicultura proviene en un 69% de China y el 21,9 de otros países asiáticos, abasteciendo el consumo del 43% de la población. En la década de los 80 este porcentaje era del 3%, «La revolución azul».

Existen tres tipos de cultivo: los sistemas extensivos, sobre todo en china, semi extensivos, e intensivos, que son los más contaminantes y que suele utilizar peces carnívoros, a base de piensos en proporción de 1 Kg producido por cada 5,16 Kg de pescado capturado y transformado en harina de pescado.

La lógica de la FAO implica una reducción de precios, pero los peces con mayor demanda, tenderían a la exportación a los países más desarrollados y los de escaso valor para los países más pobres, la pregunta seria, quien estaría dispuesto a producir especies de escaso valor… Y qué mundo estaríamos creando

Hay que destacar, que actualmente solo el 13% de la producción de las explotaciones se destina directamente a la exportación. Los pequeños productores no pueden beneficiarse de este mercado por implicar precios a la baja. Además, los nuevos estándares de calidad, implican unos gastos que los pequeños productores no pueden aceptar.

Centrándonos en la industria, se generaría una serie de productores, asalariados a las grandes empresas de exportación, por la dinámica del mercado y por la necesidad de hacer una elevada inversión inicial. Venezuela, por ejemplo, para paliar estas medidas, tiene predeterminadas varias especies solo para pequeños agricultores, aunque claro está que la OMC declara estas medidas intervencionistas, y, por tanto, no aceptables para el mercado internacional.

En cuanto a como afectan los precios al mercado, todos hemos visto como determinadas especies, que antes tenían un elevado valor, se han vuelto asequibles, si los precios disminuyen más aún es necesario aumentar la producción para obtener el mismo beneficio, intensificando más aún el sistema. El otro posible resultado es que los precios aumenten, en cuyo caso, se podrían producir problemas en la seguridad alimentaria.

Los países occidentales consumen especies carnívoras, lo que va en contra de la eficiencia productiva y de los recursos pesqueros, y para evitar la sobreexplotación el precio de estas especies debería aumentar.

Joan Martínez Alier: La defensa de los manglares contra la industria alimentaria.

La creciente industria camaronera está destruyendo los manglares, una especie con gran valor ecológica. Si el manglar es destruido para sustituirlo por un criadero, partiendo del análisis coste-beneficio, para ponerse al mismo nivel de discurso que la ideología liberal. Aunque la producción de camarones es mucho más productiva, la acidez que produce, deja sin poder recuperar el manglar durante un espacio de unos 15 años. Un manglar produce más de 10 toneladas de biomasa al año, que es aprovechada por las especies y por los humanos.

En ciertos países como Tailandia o Ecuador el manglar ha sido reducido a la mitad. Por otro lado, la inversión medía para crear un criadero está en torno a un millón de dólares, por lo que los empresarios locales han de contar con la influencia de los políticos locales.

Revista Ecología política, N.º 32.